Más allá de la incertidumbre meteorológica, existen numerosos riesgos que pueden amenazar el desarrollo de las procesiones de Semana Santa. Desde accidentes que afectan a los costaleros y cofrades hasta daños a terceros o al valioso patrimonio artístico, estas manifestaciones de fe y cultura requieren una planificación rigurosa para garantizar su seguridad. En este contexto, el sector asegurador especializado desempeña un papel fundamental, proporcionando cobertura ante imprevistos y permitiendo que estas celebraciones se lleven a cabo con la tranquilidad necesaria.
En UMAS, con nuestra amplia experiencia en el ámbito asegurador, entendemos la importancia de contar con un seguro para cofradías, que proteja tanto a quienes participan activamente en las procesiones como a los bienes de incalculable valor que forman parte de ellas, asegurando así la continuidad de una de las tradiciones más arraigadas en España.
La protección de los costaleros y portadores
Como bien dice Estamos-Seguros (iniciativa de Unespa) en su blog, el costalero, cuyo sacrificio “lo hace con todo el gusto y toda la pasión, tiene derecho a que le curen las heridas y los accidentes que le ocurran. Y es por ello por lo que resulta común que los costaleros, por muy sacrificados que sean, se aseguren.”
En ciudades como Málaga y Sevilla, los pasos procesionales pueden alcanzar pesos de entre una y cinco toneladas, requiriendo la fuerza coordinada de muchas personas para su traslado. Los portadores, hombres y mujeres que asumen este esfuerzo, cargan entre 15 y 50 kilos cada uno, lo que los expone, en los casos más extremos, a accidentes que pueden derivar en secuelas graves, como invalidez o incluso la pérdida de la vida.
Para mitigar estos riesgos, las hermandades contratan seguros de accidentes para costaleros, que garantizan asistencia médica inmediata en caso de cualquier percance. El costo de estas pólizas varía en función del número de costaleros y la dificultad del recorrido.
Responsabilidad Civil: protección para los espectadores y el entorno urbano
Aunque las procesiones se desarrollan en recorridos previamente estudiados y protegidos, debido a la gran asistencia de público, los incidentes pueden ocurrir. Algunas de las coberturas de responsabilidad civil en Semana Santa incluyen:
- Caídas de espectadores: Las aglomeraciones pueden provocar accidentes si alguien tropieza o es empujado.
- Desprendimiento de elementos decorativos: Candelabros, faroles o partes del paso pueden caer y causar daños.
- Incendios por velas o cirios: Aunque es poco frecuente, la gran cantidad de cera y fuego presente en las procesiones puede ocasionar incidentes, como el incendio de una prenda de un nazareno o de un espectador cercano.
- Daños a vehículos estacionados: En ciudades donde los pasos transitan cerca de zonas con vehículos estacionados, puede haber desperfectos en coches o motocicletas debido al roce con los tronos o al impacto accidental de costaleros y cargadores.
- Lesiones a músicos o participantes: Las bandas de música que acompañan las procesiones también pueden sufrir incidentes, desde caídas en calles resbaladizas hasta golpes con instrumentos, lo que puede derivar en reclamaciones de responsabilidad.
- Daños en edificios históricos: Muchas procesiones pasan junto a monumentos o edificios protegidos. Un impacto accidental con un estandarte, un cirio o cualquier parte del paso puede generar desperfectos en fachadas de alto valor patrimonial, lo que supone una responsabilidad para la hermandad.
- Accidentes con animales en procesiones ecuestres: En algunas localidades, la Semana Santa incluye caballos o burros en las procesiones, lo que conlleva el riesgo de que un animal se asuste y cause daños a personas o bienes.
- Problemas de accesibilidad y evacuación: Si por algún motivo la organización de la procesión impide el acceso de vehículos de emergencia o genera situaciones peligrosas en caso de evacuación, podría haber una responsabilidad derivada de una mala gestión del evento.
Por estos motivos, las pólizas de responsabilidad civil son esenciales para garantizar la seguridad de todos los involucrados y evitar perjuicios económicos a las hermandades en caso de reclamaciones.
Seguro de contingencias: cuando la lluvia impide la procesión
El mayor temor de cualquier hermandad en Semana Santa es la suspensión de la procesión debido a la lluvia o viento. La inversión económica en la organización de estos eventos es considerable y, sin un seguro de contingencias, la cancelación podría suponer pérdidas significativas.
Para que una hermandad reciba una indemnización en caso de suspensión, la póliza debe contratarse con antelación suficiente. Se establecen unos valores mínimos de precipitaciones o velocidad del viento para que el seguro sea efectivo. Los costos cubiertos incluyen:
- Contratación de bandas de música
- Compra de velas y cerería
- Adquisición de flores y ornamentos
Gracias a estas pólizas, las hermandades pueden asegurarse indemnizaciones, evitando así un perjuicio económico severo.
Protección del patrimonio artístico y religioso
La protección del valioso patrimonio artístico y religioso de la Semana Santa también es una prioridad para las hermandades. Las imágenes, esculturas y ornamentos de los pasos procesionales poseen un valor incalculable tanto desde el punto de vista histórico como devocional. Estas piezas, creadas por grandes artistas a lo largo de los siglos, requieren seguros de alto valor que garanticen su restauración en caso de desperfectos.
Cuando no están en procesión y permanecen resguardadas en iglesias, casas de hermandad o museos, cuentan con pólizas específicas que las protegen contra riesgos como incendios, robos o actos vandálicos, asegurando su conservación en iglesias, casas de hermandad o museo para su continuidad en el tiempo.
Un seguro para mantener viva la tradición
La Semana Santa en España es mucho más que una manifestación religiosa; es un acontecimiento cultural y social de enorme relevancia. Gracias al respaldo del sector asegurador especializado en hermandades, miles de cofrades pueden llevar a cabo su labor con tranquilidad, sabiendo que cualquier imprevisto está cubierto.
Desde UMAS Seguros, nos sentimos orgullosos de contribuir a que esta tradición se mantenga viva, garantizando la seguridad de quienes la hacen posible y protegiendo el legado histórico y patrimonial que representa.
En cada paso que resuena en las calles empedradas, en cada imagen que cruza los balcones adornados con respeto y devoción, hay una red de protección invisible que asegura que la Semana Santa pueda seguir siendo una de las manifestaciones más emotivas y esperadas de nuestra cultura. Y detrás de esa protección, está el compromiso de un sector que comprende la importancia de preservar la fe, la historia y la identidad de un pueblo.